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La Junta expone a información pública la declaración de la Ermita de San Saturio como Bien de Interés Cultural

Encontrándose en tramitación el expediente de declaración de la Ermita de San Saturio como Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, la Consejería de Cultura y Turismo publica, en la edición de hoy del Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL), el anuncio por el que se abre un período de información pública de un mes, contado a partir mañana, a fin de que cualquier persona pueda alegar cuanto estime conveniente en orden a la declaración que se pretende.

Teniendo en cuenta la situación de crisis sanitaria originada por la COVID-19, el expediente se encuentra disponible para su consulta en la plataforma del Gobierno Abierto de la Junta de Castilla y León, mientras que la consulta física al expediente solo se podrá realizar en el Servicio Territorial de Cultura y Turismo de Soria (C/ Campo, 5), previa concertación de cita en el teléfono 975 233 366.

Recordamos que, desde el pasado 7 de mayo y por el mismo periodo de un mes, también se encuentra en información pública el expediente de declaración del Palacio de la Antigua Audiencia Provincial de Soria como Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento.

Descripción de la Ermita de San Saturio

La Ermita de San Saturio, dedicada al santo patrón de Soria, se encuentra situada al este de esta ciudad, en una situación elevada dentro de un enclave paisajístico de gran belleza, con vistas al río Duero.

Ubicada en una explanada comprendida entre los cerros de Santa Ana y el monte de las Ánimas, la Ermita de San Saturio forma parte integrante del conjunto histórico declarado Bien de Interés Cultural ‘Margen izquierda del río Duero’. Este conjunto concentra, junto a importantes valores históricos artísticos, un alto interés ambiental y paisajístico en el que la Ermita de San Saturio constituye un hito fundamental y lugar de referencia para todos los sorianos.

Cuenta la leyenda que Saturio era un noble soriano del siglo VI que, tras la muerte de sus padres, repartió sus riquezas entre los pobres y decidió trasladarse a estas cuevas a orillas del río Duero para llevar una vida de eremita. Los primeros datos que dejan constancia de la existencia de un oratorio de San Miguel, que luego pasó a llamarse San Saturio, datan del año 1148. Posteriormente se hicieron algunas reparaciones y debido a su hundimiento, en el año 1694, la ciudad de Soria acordó reedificar una iglesia de nueva planta con la colaboración económica de todos los vecinos.

En el año 1649, en vista del estado ruinoso de la ermita se traslada a Soria, a petición del Cabildo, el Obispo Valdés, para reconocer si convenía trasladar las reliquias del cuerpo de San Saturio a la Iglesia de San Pedro. Se desistió de dicho traslado en atención a la extensión de su culto por la comarca y el aumento de los donativos y limosnas para atender a la reparación de la ermita de San Miguel de Peñalba.

En el año 1694 se dio comienzo a las obras de la actual Iglesia de San Saturio, sobre la Cueva de Peñalba, en el lugar que ocupaba la anterior ermita de San Miguel de la Peña, probablemente construida en el siglo XII. La nueva iglesia bajo la advocación de San Saturio, del que cuenta la tradición que vivió en la cueva durante 36 años, es obra del arquitecto Pedro Ajín. El sacerdote soriano Juan Antonio Zapata, discípulo de Jacobo Jordaens y del pintor español Antonio Palomino del Castro y Velasco, contribuyó a la dirección y decorado de aquella obra, pintando los frescos del interior de la capilla, terminando la obra en el año 1703.

A la Ermita se accede por la cueva que se sitúa bajo la misma. En el recorrido ascendente hasta la iglesia se encuentra en primer lugar una sala de reuniones con banco corrido en tres lados de su perímetro, donde se reunía el Cabildo de los Heros, una especie de Tribunal de las Aguas. Por una pequeña escalera se llega hasta el Oratorio de San Miguel, con un altar tallado en la piedra y una losa en recuerdo del lugar en que estuvieron enterrados los restos de San Saturio, con anterioridad a su traslado a la iglesia. Siguiendo el recorrido se llega a la izquierda a una estancia que actualmente tiene la función de recepción, y otra hacia el lado opuesto, también con funciones similares y tienda. Después de estas se sitúa la vivienda del santero. En un nivel más alto y antes de llegar a la iglesia se sitúan dos salas capitulares con balcones que ofrecen magníficas vistas hacia el río Duero.

La iglesia es de construcción barroca; posee planta octogonal muy alargada y se remata con cúpula también octogonal, en la que se abre la linterna con cuatro arcos de medio punto situados alternativamente cada dos de sus caras. Todos los paramentos interiores se hallan profusamente decorados con frescos pintados, entre 1704 y 1708, por el citado sacerdote y artista soriano Juan Antonio Zapata. En los lienzos verticales se representan escenas de la vida del santo, por el lado del Evangelio: San Saturio repartiendo su hacienda entre los pobres, como ermitaño orando en la capilla de San Miguel, el santo tentado por los siete pecados capitales y el santo predicando; en el lado de la Epístola, el paso milagroso de San Prudencio por el Duero sobre su capa, la muerte de San Saturio y su canonización por su discípulo San Prudencio, obispo de Tarazona. También la cúpula se encuentra decorada con frescos, representando en este caso a diferentes anacoretas. Junto a la cabecera de la iglesia se sitúa la sacristía, de planta cuadrada y cubierta con bóveda.

Exteriormente la construcción es de mampuesto, reforzando con sillares los contrafuertes y ventanas. Únicamente la espadaña situada a los pies de la iglesia está realizada en ladrillo. Presenta dos cuerpos, el inferior con dos huecos con arcos de medio punto, que alojan campanas, y el superior de un solo hueco y rematado superiormente con frontón recto. Las cubiertas de la iglesia, de teja árabe, tienen ocho faldones según los lados del octágono de la base.

El camino que conduce a la ermita es uno de los enclaves paisajísticos más bellos y emblemáticos de la ciudad, inspirador de algunas leyendas románticas de Bécquer e inmortalizado en la obra poética de Antonio Machado, al que la ciudad le ha dedicado un rincón en el acceso a la Ermita.

Delimitación del entorno de protección

Teniendo en cuenta la ubicación del monumento, en uno de los enclaves más bellos y emblemáticos de la ciudad, se delimita un entorno de protección que garantice suficientemente la correcta percepción del bien objeto del expediente, previniendo la posible degradación de los valores que aconsejan su declaración como bien de interés cultural.

La descripción literal del entorno de protección se concreta en el anuncio publicado hoy.

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